
Ordenados, pero no Confirmados describe a aquellos que han sido llamados por Dios y han recibido una asignación, pero aún no han sido afirmados en la plenitud de su propósito. Hay quienes fueron separados, ungidos e instruidos, pero no han pasado por el fuego que confirma el llamado. La orden viene del cielo, pero la confirmación nace en la obediencia, en las pruebas, en los procesos donde Dios moldea el carácter y purifica la intención. Muchos están ordenados para servir, pero no confirmados para permanecer. La confirmación no la otorga una mano humana, sino el respaldo del Espíritu Santo que da fruto, perseverancia y autoridad. Es en los desiertos donde se comprueba lo que fue dicho en los altares, y donde las palabras proféticas se convierten en realidad. Este es el tiempo en que Dios está confirmando a los que no retroceden, a los que permanecen firmes en medio de la prueba. Porque no basta con ser ordenado, hay que ser probado, afirmado y confirmado para manifestar el peso de Su gloria.