
Muchas veces nos dicen que el crédito es malo, pero la verdad es que todo depende de cómo lo uses. Si tomas un crédito para comprar activos productivos o hacer inversiones estratégicas, estás creciendo. Pero si lo usas para pagar pasivos, caprichos o lujos innecesarios… estás cavando un hueco. Porque no se trata solo de conseguir dinero… se trata de saber para qué lo vas a usar, cuánto vas a ganar con eso, y si lo puedes pagar sin ahogarte.