
Estas cicatrices emocionales, aunque invisibles, son parte fundamental de nuestra vida. Sin embargo, lo hermoso es que tenemos la capacidad de sanarlas, de transformar el dolor en crecimiento y aprendizaje. Hoy vamos a explorar cómo podemos hacer frente a estas heridas, cómo salir más fuertes y resilientes, y cómo abrazar el poder de la transformación.