
Hola, soy Antonio Rojas, y hoy quiero hablarte sobre algo que muchas veces nos frena en el camino de la fe: el temor a renunciar.
Renunciar no siempre significa perder, muchas veces significa dar paso a lo nuevo que Dios quiere hacer. Pero el miedo a soltar, a dejar lo conocido o a perder el control, puede impedirnos ver la plenitud de Su propósito.
Cuando Dios te pide que renuncies, no te está quitando algo, te está preparando para confiar más en Él. La renuncia no debilita, purifica. No destruye, transforma.
Atrévete a soltar con fe. Lo que entregas en las manos de Dios, siempre vuelve multiplicado y lleno de vida.
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