
¿Qué haces cuando la prueba no se acaba, cuando las acusaciones y el dolor parecen no dar tregua? El Salmo 17 no es un lamento desesperado, sino una oración persistente y llena de esperanza. David nos enseña a orar, guardar integridad y confiar en que somos cuidados por Dios. Si hoy estás bajo presión, este episodio es para ti: Dios te ve, te escucha y promete que un día verás Su rostro. No te rindas.