
¿Alguna vez te has sentido frustrado con Dios… como si te debiera algo?
Vivimos en una cultura que repite: “Tú mereces más”. Más éxito. Más comodidad. Más reconocimiento. Pero cuando esa mentalidad entra en nuestra vida espiritual… el resultado es devastador: el orgullo crece, la gratitud desaparece.
Hoy te invito a hacer un detox del “me lo merezco” y a redescubrir el poder de vivir con asombro ante la gracia de Dios. Porque la verdad es esta: Dios no te debe nada, y sin embargo, te lo dio todo.