
¿Qué haces cuando todo parece perdido y no hay salida? El Salmo 18 es el canto de alguien que fue rescatado del abismo por un Dios que no observa desde lejos, sino que baja a pelear por los Suyos. David clama, es librado, entrenado y exaltado… y lo mismo sucede contigo en Cristo. Este episodio es un recordatorio de que Dios no solo te salva, también te forma. Su luz alumbra tus tinieblas y Su poder te hace avanzar.