
Hoy toca hablar sobre cómo apostar por un estilo reconocible, a mis ojos, es más digno que apostar por agradarle a la mayor cantidad de lectores posibles, ranteo en contra de lo que yo mismo denomino como el escriñol: ese dialecto cosmopolita que han desarrollado los escritores de la Ciudad de México y hablo cómo los personajes de Maggie O'Farril lidian con la pérdida.