
El agradable de Dios, no es nuestro agradable, de igual forma el perfecto de ÉL no es el nuestro, ¿Quién nos entiende? queremos ser exitosos sin pagar un precio, ¿será justo eso? acompáñame en estos minutos a tratar este asunto de renovación por medio de la técnica más hermosa llamada el KINTSUGI