
Este pensamiento es una de las creencias limitantes más comunes entre quienes sienten el llamado a acompañar a otros en su camino de sanación. La idea de que un terapeuta debe haber resuelto absolutamente todas sus heridas antes de poder ayudar puede parecer lógica a primera vista, pero en realidad es una trampa mental que puede bloquear tu camino.
En este episodio derribamos la creencia y te ofrezco un ejercicio.