
En este episodio, comparto una reflexión íntima sobre cómo, a menudo, pasamos por alto la belleza de nuestras rutinas diarias. Despertar a mis hijos cada mañana, un acto que podría parecer repetitivo, se ha transformado para mí en un recordatorio profundo de lo que realmente importa: la felicidad está en lo que ya tenemos, en esos momentos simples que a veces damos por sentado. Hablo sobre el privilegio de vivir el presente, de encontrar amor y gratitud en lo cotidiano, y cómo aprender a ver con nuevos ojos puede cambiar por completo nuestra percepción de la vida. Ojalá esta reflexión te inspire a conectar con tu propio día a día desde un lugar de gratitud y asombro.
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