Estamos disponibles pero muy pocas veces atentos y presentes a lo que la vida nos requiere. Los anhelos del corazón una y otra vez nos piden su atención, pero rápidamente saltamos ante distracciones que nos conducen de maneras poco asertivas a experimentar en totalidad nuestra vida.
Cuando entras en una contención temporal de ese aroma que trae explorar tus instantes, cada vivencia en la fugacidad del ahora y así te permites sentir la eternidad en un ritmo que da sentido a la vida.
Cada acción cuenta como una huella, al ir adaptándonos al camino nos vamos convirtiendo en buenos observadores de esa presencia que vamos compartiendo.
La observación requiere espacio y tiempo. También atención a lo que ocurre a nuestro alrededor con una pizca de curiosidad y permiso para la presencia. Como en el desierto vamos a observar.
No tienes que pensar, usa tu intuición y confía.
El mejor sonido es el de un corazón agradecido. Compartimos un instante para experimentar la gratitud.
Los sueños son poderosos instrumentos de creación para recordarte todo lo que es posible y de tus capacidades para manifestar; sueña.
Mi campo energético y vibración son el camino de mi decisión. Abrirnos al campo de las posibilidades en la libertad de decidir.