
Necesitamos la ayuda del Espíritu Santo, incluso en toda clase de relaciones. Lo otro es que como un creyente de muchos años es preocupante que todavía no te levantes de un estado de depresión emocional que nunca pasa, como si el Espíritu de Dios no fuera esa fuente que produce gozo y esperanza permanente. No te detengas en el tiempo, da un paso al frente y habla con Dios, haz caso de lo que te dice el Espíritu Santo y Él te librará de toda situación pecaminosa.