
El arrepentimiento sincero lleva al bautismo, y juntos preparan el corazón para recibir el poderoso don del Espíritu Santo. Pero no debemos conformarnos solo con una experiencia inicial, debemos anhelar algo más profundo. Hoy, como en el día de Pentecostés, está disponible para todo creyente el bautismo del Espíritu Santo y fuego, una experiencia transformadora que capacita, purifica y enciende el alma para la misión.Esta promesa sigue viva para todos los que creen en la Palabra de Dios y la reciben con fe.