
En el mundo de la inmediatez y de las redes sociales en que estamos viviendo, tendemos a pensar que la gente de éxito en realidad es gente que tuvo suerte en su vida y que probablemente lo único que necesitamos para llegar así de alto, es tener ese golpe de suerte también. Sin embargo, la realidad es otra, muchos de ellos se prepararon por años sin que nadie los viera y eso los llevó al éxito. Esta fórmula del éxito también puede ayudarnos, pero no para alcanzar el éxito en nuestras metas físicas solamente, sino también en nuestra vida espiritual.