
Este episodio aborda la cuestión de honrar a Dios a través de nuestra obediencia espóntanea, sincera ,voluntaria y gozosa. David es el ejemplo de honrar a Dios según 2 Samuel 24:24.
Dios exige de su pueblo obedecerle honrándolo como un padre recibe honra de sus hijos. El libro de Malaquías pone esto de manifiesto al profetizar a una descarriada que ofrecía a Dios lo peor. Ofrecían sacrificios despreciables y de poco valor.
No basta con obedecer a regañadientes, sino honrar a Dios con lo mejor que tengamos (Malaquías capítulo 1).