
Ludwig Wittgenstein dijo: “Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo”
Las palabras reflejan nuestros procesos mentales. Tienen energía e intención y estas son más fuertes que las palabras verbales en si.
Cuando nos decimos constantemente que no valemos, qué no podemos, o que todo es malo, el cerebro lo interpreta como una realidad. El cerebro no distingue qué es verdad y qué es mentira.
Esta meditación nos ayuda a cambiar el dialogo interno y re-codificar nuestras estructuras mentales.
Esta meditación es complementaria a este post del newsletter AKASHA.