
En Rosario, la ciudad que se resiste a que la echemos a perder, se despliega el escenario de lo mejor y peor de un país en la encrucijada. Una pintura con los enormes contrastes entre la evolución de la ciencia y la tecnología, frente a la cotidianeidad de hechos delictivos y miserias que azotan a la ciudad santafesina. ¿Podrá una extraordinaria revolución biotecnológica “volver a darle cuerda” al reloj del desarrollo económico argentino?
Gracias a Iara y Fernando Muchnik por coparse y locutar!