
Banda, hoy nos ponemos a desmenuzar ese clásico personaje que cree que por pagar la botella es el rey supremo del antro. ¿Te suena? Entre risas y anécdotas, revelamos las inseguridades y broncas mentales detrás de la pose “alfa” —y, de paso, preguntamos por qué a veces hasta nosotros mismos caemos en esa actitud. Ponte cómodo, saca el trago (sin sentirte dueño del lugar) y únete al cotorreo. ¡Aquí sí somos compas, no súbditos!