
Dos heridas que me han ayudado a abrazar mi historia, y la de mis padres. Creo y estoy segura de que somos amor puro, y que lo único que necesitamos es vivir más desde esa consciencia. Comprendiendo que nuestros padres hicieron lo mejor que podían para mostrarnos qué áreas podíamos mejorar, y desde allí empezar una crianza más desde la empatía. Sabiendo que todo lo que siembres en tus hijos ayuda a que ellos lo hagan mejor que tú, y así ir transformándonos, cada día, en la versión más pura que somos.
Espero que este episodio sea de tu agrado, ya que te estoy compartiendo una historia de mi vida que ha sido dolorosa, pero sanadora a la vez. Además, con el temor de que mi madre o padre vean este episodio, ¡porque se van a infartar! Jajaja. Mi madre, de la pena, y mi padre, del dolor… ya que soy el amor de su vida, y sé que sería doloroso para él darse cuenta de que ya es parte de eso que, por años, mi mamá se guardó.
Si mis padres supieran lo que amo mi historia, y que todo lo que ellos hicieron —o no hicieron— ha sido perfecto, porque me han ayudado a ser este bello ser humano que considero ser… no sentirían pena ni culpa. 🌷
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Lo siento, perdón, gracias, te amo.
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