La glándula pineal siempre fue considerada muy importante por los grandes filósofos y científicos, Descartes, en el siglo XVII, afirmaba  que la glándula pineal era el lugar en el cual residía el alma humana. Lo  más importante  es que  permite a su sabio cultor contactarse  con su escencia Divina, con su Real Ser, su íntimo, con  eso que es Dios. Dios no se encuentra fuera de la criatura humana sino, dentro de ella misma, dentro de su templo corazón, el corazón no es solamente un músculo que bombea sangre sino, un templo en el cual mora Dios. Es por esta razón que se  escribió en la puerta del templo de Delfos en la Antigua Grecia “ Hombre conócete a ti mismo y conocerás al Universo y a los Dioses”, el hombre es un universo en miniatura.