
Renunciar al fin de semana tal y como se conoce puede sonar terrorífico y desmoralizante, pero ni mucho menos es lo que piensas al leer el título de este episodio. Si lo escuchas entenderás por qué el fin de semana es como tirar del freno de mano cuando vas a 120 km/h por la vida, y el lunes de nuevo a empezar.
Así es imposible avanzar en la vida o, al menos desde nuestra experiencia tras más de 11 meses “renunciando” a los fines de semana, así lo creemos nosotras.