
Un debate recurrente es si Argentina puede lograr su autonomía a partir de un estilo tecnológico nacional popular, industrializado de valor agregado. El otro es en qué condiciones y como se vinculan entre si Estados, organismos públicos académicos y de investigación y el sector privado. ¿Qué restricciones operan sobre las relaciones entre ciencia, tecnología, la innovación y el desarrollo? Acortamos la brecha con el norte o nos fijamos objetivos propios de desarrollo?