
Hay algo especial para que un personaje con solo seis años de exposición en la gran pantalla se convierta en un ícono pop, y sobrevuele a gigantes como James Bond y Ethan Hunt. La saga de John Wick es una gran demostración sobre cómo sacarle jugo al cine de acción, y cómo convertir una historia de venganza en la crónica de un súper hombre.