
Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó. Juan 8:56
Dios es soberano y omnisciente. Él sabe todas las cosas desde la eternidad y hasta la eternidad, nada de lo que nos sucede le sorprende a él. Debemos confiar siempre en que, si él permite algo en nuestras vidas sea bueno o sea malo, fácil o difícil, él nos acompañará y nos ayudará a superar la situación. ¡Contamos con su presencia! Aun cuando no veamos una solución clara nuestra fe debe estar puesta solo en Dios y en su bondad en medio de esa circunstancia.
Vemos que esta promesa de que todo ayuda para el bien está dirigida a un grupo de personas en específico: ¡aquellos que aman a Dios! Por más que el resto del mundo memorice y cite esta frase, no es algo mágico que sucede con solo desearlo o decirlo. El resultado de cada situación que se nos presente en la vida será bueno si amamos a Dios.