
A veces pensamos que lidiamos con el dinero como billetes y monedas pero en realidad lidiamos con los deseos más profundos del corazón, con lo placeres pero de bajo de todo esto está la codicia, la avaricia y ese deseo de tener seguridad, prestigio y control; y empezamos a sacrificar lo trascendente en el altar de lo intrascendente lo que no vale la pena.
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