
Parte 1: adolescentes. | Parte 2: padres y profesores.
Parte 1: Cuando nos vemos forzados a vivir en la incertidumbre, lo mejor es conectar con nuestra certeza. Cada uno de nosotros lleva dentro de nosotros un núcleo positivo y en tiempos de incertidumbre es cuando más favorecedor es reconocer, re-conectar y re-animar este núcleo. ¿Cómo se hace? De frente y abrazando nuestras vulnerabilidades. Lo maravilloso de la incertidumbre es que es una emoción más, por tanto tiene una fecha de caducidad. Viene y se va. A veces se queda un rato más, como en los tiempos que estamos. Lo inteligente es abrazarla, hacer surf con ella y respetarla. Con cada ola que atraviesas, te permites abrir a una habilidad más de la vida: la resiliencia. En realidad siempre hemos vivido con la incertidumbre, pero por defecto nos encanta saber más. Estamos obsesionados con el control, y por ello cuando se nos pone en un lugar vulnerables, optamos por sufrir o pasar miedo. ¿Te apetece cambiar la mirada y sustituir este viaje pesado por una aventura ligera? La diferencia esta en dejar de poner tu foco en lo que no puedes controlar y pasar a valorar lo que te da seguridad garantizada. Bienvenido a la (in)certidumbre.
Parte 2: ¿Sabes cómo conseguir transmitir a tus hijos o estudiantes que la incertidumbre es buena para ellos, y que, en cambio, la seguridad nos acomoda en la inercia sin retos que provoquen la curiosidad, la creatividad, la agilidad mental y emocional?
La mayoría de las emociones que experimentamos no son agradables, especialmente en momentos de incertidumbre, y, sin embargo, nos han ayudado a sobrevivir durante siglos. Ejercen, por tanto, una función cuando se saben reconocer, manejar e interpretar para no quedarnos enganchados en ellas.
¿Quieres hallar soluciones creativas y diferentes en casa o en la clase aprendiendo a interpretar tus emociones y las de tu entorno?
La respuesta viene de la mano de las emociones, como exploramos en este episodio, aportando herramientas útiles y comentando la investigación de expertos, entre otros la de Susan David, doctora en psicología de Harvard Medical School.