
En un mundo donde la cultura redefine constantemente la sexualidad, queremos recordar que Dios estableció un diseño perfecto, no para limitarnos, sino para protegernos y darnos plenitud. Este episodio busca confrontar las mentiras de la cultura moderna que confunden la identidad y los límites, recordando que nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo y debe honrar a Dios.