
Las substancias que alteran nuestra percepción de la "realidad" han acompañado al hombre en su desarrollo histórico. La gran mayoría fueron descubiertas experimentando con plantas que inducían a estados alterados de consciencia y que por erroneas interpretaciones o malos usos han sido segregadas a los ámbitos obscuros. Hoy en día sabemos que ninguna substancia es dañina por sí misma, depende en gran parte del buen o mal uso que se les da. Ed Zamudio nos comparte puntos importantes para tener en cuenta a la hora de elegir explorar esas posibilidades con responsabilidad y consciencia.