
Si sufrimos por causa de la justicia del Reino de Dios, somos felices y no debemos tener miedo de las amenazas, ni tampoco sentirnos angustiados (1 Pedro 3:14).
No es la voluntad de Dios que suframos por hacer el mal (1 Pedro 4:15). Pero como dijo el apóstol: “Si es la voluntad de Dios, es preferible sufrir por hacer el bien que por hacer el mal.”
(1 Pedro 3:17 NVI)